Los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento generalmente son conocidos como los cuatro evangelios cuando en realidad son 4 relatos de un mismo evangelio, un solo evangelio (buenas nuevas).

 

   A los tres primeros libros  (Mateo, Marcos y Lucas) se les denomina los evangelios sinópticos porque las visiones que presentan de Jesús son muy similares. Al cuarto libro (Juan) se le llama a veces evangelio autópico  (que significa ver por sí mismo). Aborda el tema de manera diferente de los otros tres. Probablemente escrito a fines del siglo I, los otros tres fueron escritos presumiblemente antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.

 

   Los cuatro libros tienen un mismo propósito principal, dar conocer a Jesús, pero hay que tener en cuenta que cada uno fue escrito desde un punto de vista diferente. La razón es que trataban de atraer la atención de diferentes grupos de personas. Hay que tener en mente que estos relatos no son una biografía  de Jesús sino que mencionan algunos hechos particulares de su vida poniendo especial énfasis en sus enseñanzas.

 

   Podemos preguntarnos porque Dios permitió que se escribieran 4  libros que hablan de la misma historia y transcurren en un mismo período de tiempo. Es algo inusual que haya para una misma historia cuatro relatos. No podemos desconocer que en el Antiguo Testamento algunos eventos que se mencionan en Samuel y 2 Reyes, se informan también 1 y 2 de Crónicas. Estas cuatro narraciones muestran la importancia del pasaje de Jesús por la tierra. El Antiguo Testamento dice en Deuteronomio 19:15, que para confirmar un hecho o asunto es necesario 2 o 3 testigos. Aquí tenemos 4 relatos, que teniendo un mismo propósito, presentar a Jesús, cada uno muestra un aspecto diferente de la vida que vivió el Señor.

 

   Mateo, escribió su relato fundamentalmente para los judíos. Presenta a Jesús como un Rey, que vino a establecer su reino. Puso el énfasis en Jesús como Mesías, hablo de su reino, autoridad, enseñanzas. Menciona alrededor de 100 pasajes del AT y  frases conocidas por los judíos. Presenta a Jesús como el Salvador Prometido.

  

   Marcos, parece escribir para los romanos, ya que en algunas ocasiones usa frases en latín. Según algunos padres de la iglesia, cristianos romanos, le pidieron a Marcos, poner por escrito parte de la vida de Jesús. Marcos omite datos que no son de relevancia para los gentiles. Marcos pone más énfasis en lo que Jesús hizo que en lo que enseño. Hay más evidencias en lo Jesús hace para ayudar a los demás como un gran Siervo. Marco presenta a Jesús como el Salvador Poderoso.

 

   Lucas, fue escrito para un púbico griego principalmente estudioso, intelectual. Pone el énfasis en la humanidad de Jesús (Lc. 19:10). Lucas presenta a Jesús como el Salvador Perfecto.

 

   Juan, fue escrito muy posteriormente que los otros 3, para despejar conceptos erróneos que  habían aparecido acerca de Jesús y confundían a los creyentes y los que estaban escuchando por primera vez acerca del Salvador. El relato de Juan habla fundamentalmente acerca de la deidad de Jesús. Fue escrito para las personas de todos los tiempos, y presenta a  Jesús como el Salvador Personal.

 

   Los cuatro relatos se complementan el uno al otro. Por esa razón vemos variaciones de un mismo evento, pero cuando los estudiamos en conjunto nos damos cuenta que son detalles complementarios que demuestran la veracidad de los mismo, y porque Dios los inspiró, podemos afirmar que son dignos de toda nuestra confianza.

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A.S.