¿Debo esperar?
Lo que queda es esperar. “Nuestros técnicos estarán hoy por su casa dentro de una a cuatro horas”. En la ciudad donde yo vivo las empresas que prestan servicios tales como electricidad, teléfono, etc., cuando requerimos asistencia para reparar los mismos, nos informan que vendrán pero no especifican con exactitud cuándo será eso. Entonces, lo único que queda es estar atento y esperar.
Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Jesús prometió a sus discípulos que volvería nuevamente y que no solo deberían esperar, también deberían hacer algo:
Hechos 1:8…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Sabemos que Jesús volverá, pero no sabemos con exactitud cuándo acontecerá, tenemos que esperar (Mateo 24:36).
Es nuestra responsabilidad como cristianos no quedarnos de brazos cruzados sino mostrarles a otros quien es Jesús, que ha hecho por nosotros (Mateo 28:18-20).
Cuando consideramos el grandioso amor de Dios, que envío a Jesucristo a morir en nuestro lugar (Juan 3:16-18) y de todas las cosas que nos libró, no podemos evitar contarles a otros como ha cambiado nuestras vidas (Juan 10:10).
Cuando Jesús vuelva llevará a aquellos que han confiado y vivido según su Palabra, a estar eternamente con Él.
¡Sí que vale la pena esperar!
¡Cuán agradecidos podemos estar por esa promesa (Juan 14:3)!
Tenemos un hermoso regalo que ofrecerles a todas las personas a nuestro alrededor, amigos, vecinos y familiares, tenemos el privilegio de hablarles del amor de Jesús.
No perdamos oportunidad de compartir esta esperanza (1 Pedro 3:15)