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             Nehemías,

ejemplo de coraje y determinación

   Los cristianos tenemos una gran misión que cumplir en nuestro pasaje terrenal camino al cielo. Un compromiso implícito que deberemos tratar de  cumplir al haber  aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.

Jesús dijo:

Mateo 28:19  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 

Mateo 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. 

 

Muchos de nosotros enfrentamos grandes dificultades y temores que en un principio nos desaniman y luego nos hacen desistir de formar parte de este gran ministerio.

 

Romanos 15:4  Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 

 

   El Antiguo testamento nos brinda un ejemplo de coraje y determinación de parte del sorprendente  Nehemías. Judá estaba cautivo en Persia donde Nehemías era copero del rey Artajerjes (Nehemías 1:1,11). Entristecido porque la ciudad Jerusalén se encontraba en estado calamitoso, orando a Dios, le pidió al rey permiso para viajar a  reconstruirla (Nehemías 2:3,5). El rey le dio permiso para ir y realizar el propósito indicado. Lo que en un principio le pareció a Nehemías una tarea sencilla, no iba a estar libre de obstáculos y oponentes, al punto que pareció que fracasaría en su intento.

   Como cristianos cuando comenzamos una tarea para el Señor, Satanás no encuentra mejores armas que la burla y la calumnia para desacreditarnos y desanimarnos. Al empezar Jesús su ministerio, algunos tratando de desanimarlo, dijeron ¿No es éste el hijo del carpintero?  (Mateo 13:55). Las dificultades comenzaron para Nehemías, algunas personas se enteraron de su obra (Nehemías 2:19), comenzaron a burlarse con el fin de frustrar su tarea. Cuando los enemigos vieron que Nehemías no entraban en el juego de palabras, en la polémica, entonces pasaron al uso de la fuerza, a usar las armas (Nehemías 4:8), entonces Nehemías oró a Dios (4:9). Sin desistir sus adversarios, volvieron a la estratagema del engaño, otra vez, mediante palabras (6:2), insistieron por cuatro veces pero sus intenciones fueron rechazadas. Como vieron frustrados sus planes, volvieron a utilizar la calumnia, diciendo que la intención de Nehemías era convertirse en rey (6:6). Nehemías se mantuvo firme y en 52 días quedó el muro edificado.

   Hoy vivimos en un mundo de la ambivalencia, donde todo es discutible, nada es verdadero, todo es relativo, todo depende como se dicen las cosas. Un mundo donde la misericordia, la justicia, la ética, la moralidad,  se han transformado de tal manera que han dejado de ser beneficio para la gente. Ya no interesa la verdad en sí, este es un mundo donde se condenan a los inocentes y los culpables salen libres de los juicios. Hoy a la gente no le interesa conocer la verdad (Juan 8:32) como hace 2000 años, donde se cometió una horrible injusticia, al condenar a muerte a Jesús; 

   Juan 8:45  Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. 

 

   La verdad de Jesús incomoda a mucha gente, porque viven acostumbrados a la mentira. En su tiempo aquella gente decidió matarlo. Hoy día esa forma de “matar” a Jesús es ignorarlo, burlarse de la Palabra de Dios, estableciendo que sus mandamientos son  “anticuados e incompatibles con una sociedad tecnológica y moralmente moderna”.

   La determinación que llevó a Nehemías a actuar y no dejarse vencer por las dificultades es la misma que debemos emplear para hacer frente a las críticas hirientes, que se emplean contra  nosotros los cristianos. Se burlaron de Jesús (Marcos 5:40), ¿Por qué no se habrán de burlar de nosotros? Las Escrituras dicen que habrá gente que tratara de ponernos en ridículo constantemente (2 Pedro 3:3). Donde vayamos siempre estaremos rodeados de personas así, frente a los comentarios deprimentes debemos mantener nuestras cabezas en alto.  

 

   Es triste ver en hombres de grandes recursos, incluso cristianos, un total desinterés por la obra de Dios, que pudieran ser de gran bendición, con apenas brindar un mínimo de su apoyo. Es importante, entonces, no contagiarse de su actitud y desistir en nuestra misión que nos encomendó Jesús, por el desinterés de ellos.

   Hoy parece que las fuerzas del mal, van ganando terreno, nuestro terreno, porque son más audaces que en otras épocas. El matrimonio igualitario, el aborto, las drogas, la corrupción de los gobernantes son aceptados como algo normal,  en algunos casos como algo bueno y necesario.

Nehemías, orando fervientemente (Nehemías 1:5-6), no se dejó desanimar por las calumnias, las críticas infundadas ni las amenazas físicas. Llevó con determinación su tarea y la cumplió.

Los cristianos tenemos una comisión, una tarea más grande, que la de reconstruir un muro, la de salvar almas para la eternidad, a través del mensaje que nos legó nuestro Señor, el Rey de Reyes.

Juan 14:21  El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

A.S.

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